La historia y la fuerza simbólica de
María Magdalena
En los últimos ciento cincuenta años, han sido descubiertos más de setenta nuevos documentos escritos por las comunidades cristianas de los primeros siglos que contribuyen a cuestionar de forma drástica la imagen tradicional del papel jugado por las mujeres al inicio del cristianismo. La mujer que más destaca en estos escritos no es María de Nazaret, sino María Magdalena. Esto ha dado pie a un sinfín de fabulaciones contemporáneas sobre su figura y sobre su relación con Jesús de Nazaret. La fabulación de más impacto hasta hoy es la de la novela de Dan Brown ‘El código Da Vinci’, que presenta a María Magdalena como compañera sexual de Jesús y madre de una hija suya. Esta fabulación carece de base historiográfica, pero la controversia se mantiene viva porque la visión tradicional de María Magdalena como prostituta penitente tiene la misma consistencia historiográfica que la fabulación de Dan Brown; es decir, ninguna.
Nos encontramos ante una situación peculiar que merece un análisis tranquilo: ningún teólogo o exegeta del pasado y ningún estudioso contemporáneo del cristianismo primitivo ha dudado nunca de la historicidad de María Magdalena ni de su relevancia en las primeras comunidades cristianas, ¿por qué, entonces, han existido y siguen existiendo fluctuaciones tan drásticas acerca de su identidad? En la teología patrística, María Magdalena es la apóstol de los apóstoles, en la teología medieval temprana es la prostituta penitente, en la tardo-medieval es virgen y madre, en el protestantismo desaparece como figura relevante y en la actualidad re-emerge como icono de la feminidad sagrada y como compañera íntima de Jesús. La figura de María Magdalena ha variado a lo largo de los siglos de acuerdo con el papel que las mujeres han desempeñado en la Iglesia y en la sociedad. Tomar conciencia de cuáles han sido estas variaciones es fundamental para no repetir hoy los errores del pasado y para avanzar hacia la igualdad de mujeres y varones en la Iglesia.
En el primero de los Estudios que presentamos, Teresa FORCADES analiza el papel de María Magdalena y el liderazgo de las mujeres en las primeras comunidades cristianas, tal como nos ha llegado a través de los escritos neotestamentarios canónicos y apócrifos. Estos textos atestiguan tanto el liderazgo de las mujeres cristianas como la oposición que dicho liderazgo suscitó de forma sostenida en los siglos I-III y constatan que el liderazgo femenino queda personificado en la figura de María Magdalena, mientras que la oposición a dicho liderazgo se personifica en la figura de Pedro. Forcades sostiene que reconocer este hecho nos permite entrever una realidad mucho más rica, sugerente y compleja por lo que respecta a la convivencia de varones y mujeres en las primeras comunidades cristianas y deslegitima a quienes apelan a la tradición primitiva para negar obtusamente aún hoy en día el acceso de las mujeres a la totalidad de tareas y responsabilidades eclesiales.
El segundo estudio es una traducción del inglés de una de las historiadoras de referencia a nivel internacional por lo que respecta al culto de María Magdalena. Katherine Ludwig JANSEN examina dos aspectos poco estudiados del culto tardo-medieval a la Magdalena: la recuperación de la virginidad y la maternidad. Los frailes dominicos y franciscanos medievales promovieron con sus sermones y vitas el culto a una Magdalena penitente, redimida por el sufrimiento y la reclusión tras una vida disoluta. El culto a la virginidad y la maternidad de la Magdalena, por el contrario, fue el resultado de los deseos y necesidades de las mujeres laicas (matronas) que escuchaban los sermones y leían las vitas. Ellas transformaron a María Magdalena en un alter ego de María de Nazaret y le rindieron culto como un ideal de perfección más acorde con su experiencia vital. Hoy parece ocurrir un fenómeno similar: vuelve María Magdalena a ser invocada con fuerza como ideal de cristiana responsable y libre, capaz de enfrentarse a la misoginia eclesial y de impulsar una teología y una eclesiología de la comunión.
La eclesiología de la comunión es el tema del tercer y último estudio. Neus FORCANO nos propone una nueva conciencia y un nuevo modelo organizativo eclesial que reconozca el liderazgo pleno de las mujeres: ¿en qué se concreta hoy la misoginia eclesial? ¿cuáles son hoy las resistencias a esa misoginia? ¿de qué manera está contribuyendo la actualización de la figura de María Magdalena a superar la misoginia eclesial? ¿de qué manera puede María Magdalena inspirar hoy de forma más plena el liderazgo de las mujeres en la Iglesia?
La Conversación con Carmen BERNABÉ y la Página abierta de Elisabeth SCHÜSSLER FIORENZA, dos pioneras mujeres teólogas, completan el reto que ofrecemos en este número: la urgente y necesaria revisión radical de nuestra comprensión de los orígenes del cristianismo y del papel de las mujeres en él.
En Análisis Sociorreligioso el catedrático Antonio García
SANTESMASES reseña cómo cuenta el cardenal Fernando
Sebastián la historia reciente de España de la que él fue protagonista
destacado. Sobre estas memorias tendremos que volver, pues en varias ocasiones
se refiere a sus relaciones con Iglesia Viva. Y Fernando habla siempre con
sinceridad, como cuando, en relación con el tema de este número y no sin
ingenuidad, llega a decir: No veo con claridad que tengamos que considerar como
algo definitivamente cerrado la cuestión de la ordenación sacerdotal de las
mujeres (p. 253).
La afirmación anterior de todo un cardenal es fruto del sentido común. Y ese sentido común es el factor mas revolucionario que está manifestando el papa Francisco en sus tres primeros años de pontificado, según cuenta Marisa FORCINA en una revista marxista italiana, de la que hemos entresacado unos párrafos para un Signo de los Tiempos.
En otros Signos, Montserrat ESCRIBANO nos habla de los nuevos horizontes para la teología que se abren con el espectacular avance de las neurociencias, Daniel MARÍ del Encuentro de Taizé en Valencia y Míriam DÍEZ BOSCH presenta el Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura. José María MONZÓ, en su habitual crónica de cine, reseña una impactante película chilena, El Club, sobre los sacerdotes condenados por delitos de pederastia.
En Libros, uno verdaderamente extraordinario, Víctimas de la Iglesia que presenta el director de PPC. Sobre las mujeres adultas abusadas espiritual y sexualmente por sacerdotes. Una lacra oculta, más extendida seguramente que la pederastia y que sólo sacándola a la luz podrá ser corregida. Y otro, del veterano exegeta Gonzalo Haya, en la línea de reencontrar el auténtico evangelio de Jesús.
* * *
Con este número iniciamos una nueva etapa.
Queremos llegar a más gente, con un pensamiento crítico pegado a la realidad y una comunicación que intentaremos ir haciendo cada vez más adaptada a las posibilidades y costumbres de las nuevas generaciones.
La revista trimestral Iglesia Viva, nacida hace cincuenta años, como recordábamos en el número anterior, se va a mantener en papel. Pero, bajo el logo general iviva, se ha iniciado ya la plataforma digital en la que aparecerá la revista en su edición digital y un blog interactivo para intercambiar información y opiniones del día a día. Tenemos también en la plataforma toda la riqueza de lo publicado en cincuenta años, que esperamos pueda servir a estudiosos y ser traído al recuerdo a propósito de las cuestiones que hoy se vuelven a plantear.
Para adaptarse a este estilo comunicativo de la nueva etapa, hemos cambiado también el diseño de la revista. Nos ha ayudado precisamente quien hace cincuenta años diseñó la portada del primer número, Maximino Cerezo, que se manifiesta muy esperanzado en esta nueva etapa. Entonces era un joven sacerdote claretiano muy unido al grupo de los fundadores, lo mismo que Pedro Casaldáliga, quien, a su vez, habría sugerido el nombre de “Iglesia Viva”. Maximino, hoy famoso pintor del cristianismo de liberación en todo el mundo, ha conjuntando el diseño inicial con la imagen minimalista que tiene nuestra web. Y le hemos pedido que recuperara el logo “Possumus in veritate”, diseñado por él, que apareció ya en la contraportada del número uno. Será, en la contraportada de cada número, un mensaje de ánimo para seguir adelante en el camino emprendido.
Es deseo del Consejo que vaya adaptándose también a los nuevos tiempos, no solo el diseño sino el estilo de los artículos publicados en la revista: más cortos e incisivos, menos académicos, pero sin perder profundidad de pensamiento crítico bien ceñido a la realidad y al Evangelio de Jesús.
Os invitamos a acompañarnos y a participar en esta aventura.
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